Asumiré que a
todos los que están leyendo este blog les gustan las plantas, así que por qué a
veces somos tan dejados que “pasamos” de poner una planta en nuestra vida?
Solemos utilizar alguna excusa como: “se me da mal cuidar plantas”, “se me
mueren”, “no tengo tiempo”,… A pesar de que son los seres vivos que menos
cuidados precisan, si les das un poco de luz y agua tienen bastante para vivir
muchos años. Así que la respuesta ha de ser un poco más complicada. Os contaré
de una situación personal para ilustrar:
- Hace tres años
empecé a trabajar en el puesto que hoy día ocupo. En ese momento dije voy a
poner una planta a crecer, para que en
cuanto tenga mi propio despacho poder ponerla al lado de la ventana
(hasta ese momento estaba en uno compartido y no tenía mucho sitio personal
para poner nada y al esperar llegar a mi propio despacho, preferí esperar antes
de acondicionar el espacio de todos los compañeros, aunque lo habría acabado
haciendo si hubiese tenido que quedarme allí todo el tiempo).
Por si os
interesa saberlo puse un esqueje de un poto que tenía, ya que sabía que
crecería rápido. Bien pues cuando llegué a mi nuevo despacho paso lo siguiente:
- Voy a esperar a
tener un poco organizado todo antes de traerme el poto.
Luego:
- Voy a esperar a
que crezca un poco más para que no le siente muy mal el traslado
Luego:
- Ya está super
aclimatado a mi salón y además queda genial! Mejor me compro una nueva planta
para el despacho
Luego:
…
Basta de
excusas!!! He tardado tres años en darme cuenta de que lo que realmente pasa es
que no me gusta donde trabajo y seguramente no me gustaba desde el principio,
por eso nunca quise hacerlo mi hogar con plantas ni cosas personales. Ahora mi
contrato se acaba en diciembre y si todo va bien me iré de mi trabajo en busca
de una oportunidad que realmente me satisfaga (y con la que está cayendo es
bastante decir. Aunque reconozco que no es vértigo lo que me da sino auténtico
terror!).
Así que si
buscamos excusas para no poner una planta es que no queremos que donde estemos
en ese momento se convierta en nuestro hogar, en un sitio donde estemos cómodos
y nos guste estar. Igual que en la oficina, pasa en un piso alquilado o
aplicadlo a cualquier otra situación similar.
Por otro lado
tengo que contaros una cosa más personal (en bajito para que no me oigan).
Cuando conocí a mi Mariela, mi novia me dijo que a ella se le daban fatal las
plantas y que por eso no tenía, que siempre se le morían. Cuando nos mudamos a
vivir juntos me dijo que no había ningún problema en que tuviera todas las
plantas que quisiera, pero que no le pidiera que las cuidara porque se le iban
a morir. Pues bien resulta que desde el principio y porque ella quiso empezamos
a regar juntos las plantas de la terraza por las tardes para tardar menos y se
empezó a ocupar de dos rosales y dos hiedras que tenemos para tapizar una zona
de la terraza y yo nunca me ocupo de ellas siempre es Mariela quien las riega y
cuida. Yendo más allá el verano pasado me fui a un viaje con mi madre en pleno
agosto y ella se ocupó del cuidado de todas las plantas de la casa durante 10
días y a ninguna le paso nada, es más juraría que cuando volví estaban más
bonitas.
Espero que eso
signifique que este es definitivamente su hogar.
Así que ya sabéis
poned una planta en vuestra vida
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